Ilustración de Esperanza Saenz |
Había escondido las pertenencias de Paula con la urgencia que el desconocido le transmitió. Ahora, con el ánimo colmado de aquella frágil calma que otorga el trabajo concluido, recordó las palabras exactas con las que se había dirigido a ella: «Carmen, su madre se ha ido...».
Si aquel hombre se refería a su propia madre, eso no era novedad. Su madre había desaparecido cuando ella era aún una nena pequeña. Su abuela, pensando resguardarla del dolor, la había criado libre de aquel recuerdo.
Con la imagen de su abuela en el corazón, sonrió. La amada memoria trajo consigo una calma profunda, plena. Fue entonces cuando eso acudió como un rayo. El portafolio que la anciana guardaba con tanto mimo, con tanto celo que, Carmen, por respeto, jamás se había atrevido a abrirlo. Temblando, fue en su busca.
Al fondo del estante superior del ropero, en la hoja del medio, la del espejo; allí estaba. Allí, donde tantas veces lo había salvado de esa prolijidad de Emilio tan peculiar, que más se diría un afán de reducción o una impaciencia destructiva.
—¿Para qué guardas porquerías que no usas, mujer? —le decía.
Con el portafolio entre sus brazos se sentó sobre la cama. Acarició el antiquísimo cuero con veneración y descorrió la presilla.
El tesoro de su abuela consistía en unas pocas fotos y algunos papeles escritos con una letra desconocida. Concentró su atención en las fotografías: sus abuelos, aún jóvenes, y una nena a la que apenas se distinguían los rasgos.
Sus manos comenzaron a sudar. Cuando fue a secarlas frotándolas en la pollera, el contenido del portafolio se desparramó en el suelo. De rodillas sobre el piso, observó una foto que, por ser algo más actual o por haber sido tomada en un estudio, se conservaba en perfecto estado. Tenía además, en la esquina inferior derecha, una dedicatoria: «A mis padres, con cariño». Sollozando de emoción, Carmen vio cómo, desde la antigua cartulina, el rostro de Paula, su madre, la miraba con infinita dulzura.
¿Con quién compartir esa inconcebible maravilla?
Su imagen, arrodillada y llorosa, se reflejaba en el espejo. Enjugó sus lágrimas, se puso de pie y, mirándose directo a los ojos, dijo con una voz serena, nueva, desconocida para sí misma:
—Emilio, tú vas a ayudarme... o te arrepentirás.
—Están distraídos y tienen el libro —murmuró uno de los calvos asomándose por la ventana—. Ataquemos ahora.
—Te arrepentirás. —Retumbó la voz de Carmen en la cabeza de ambos.
Texto de Patricia Nasello
23 comentarios:
Ya lo dije hace unos capítulos: a este paso Bruno acabaría siendo la hija de Paula y Sebastián su propio abuelo. De momento, como dijo Melquiades... Paula es la madre de Carmen.
Bravo, Pati, madrugué para leerte. Ahorita me vuelvo a la cama con una sonrisa en las legañas.
Original la ilustración, Esperanza (...¿Mikel??)
Besos payasos.
Un abrazo para escritora, Patricia, e ilustradora, Esperanza.
Precioso capítulo el que habéis construido a cuatro manos. De los que a mí me gustan, de los que desarrollan la escena y te permiten palparla.
También yo he madrugado, aunque eso ...no es muy raro.
BESOS MULTIPLES y un fuerte abrazo.
Felicidades por tu capítulo, Patricia. Me ha gustado mucho el ritmo pausado y cómo te adentras en la cabeza y en la historia de Carmen.
La ilustración de Esperanza es preciosa, tan delicada, con esa Carmen, otra vez niña, sobre las fotos antiguas.
Fuerte abrazo para las dos,
Empezamos en un callejón sin saber nada de esa muchacha pelirroja. Ahora ya le tenemos cariño. Gracias Patricia.
¿La de la ilustración es Carmen de joven? Me gustó mucho el fotomontaje.
Me encanta la prosa pausada e intimista de Patricia. Y la ilustración cargada de detalles, de recuerdos... bellísima.
Estupendo trabajo el de ambas artistas.
¡Abrazos!
El cambio de estilo frena el ritmo vertiginoso que traían los acontencimientos, pero el final le da la linea de salida a una nueva carrera con un nuevo giro.
Gracias compañeros por todos vuestros comentarios, los esperaba ansiosa!!!
Aurora, lo de Carmen otra vez niña es una licencia artística ( me parece preciosa!) que se ha tomado Esperanza. Carmen es una mujer adulta, como todos sabemos, y es en el aquí y en el ahora que está descubriendo una parte de su pasado que desconocía.
Gracias Cienmanos por esta participación que me llena de alegría y cosquillas.
Gracias por tu trabajo, Esperanza
Gracias. Juanlu, por tu marcador que ya corro a poner en mi bitácora.
Abarco a todos en un abrazo.
Luego de leer la reseña que ha escrito Laura, no puedo menos (debería poder mucho más) que dejar un nuevo mensaje agradeciendo sus preciosas palabras para conmigo y mi humilde trabajo.
Mil y un besos, Laura
llego hace un momento de trabajar y leo este capítulo que me encanta y coloca algunos puntos sobre las i.
Enhorabuena Patricia y Esperanza una muy buena unión entre texto e ilustración.
Besos desde el aire
Hola Patri! Como soy nuevita leyendo este proyecto, voy a ponerme al día para ver como van avanzando.
Luego, te cuento.
Un besazo, amigaza!
Un capítulo que nos transporta no sólo a los recuerdos de Carmen sino a una nueva perspectiva de la historia.
Me encantó la añoranza y la ternura que nos transmite no solo a través del texto sino de esa imagen tan llena de vida pasada.
Felicitaciones a ambas artístas!!
Saludos
"Maravilloso" capítulo como no podía ser de otra manera escribiéndolo Patricia. Carmen encuentra a su madre perdida y el texto nos transmite ese emoción que ella siente. Lo que más me ha gustado esa amenaza a Emilio.
La ilustración con el fotomontaje ha quedado preciosa y esa Carmen niña ha resultado ser una delicia.
Un beso para ambas.
"Te arrepentirás", voz que se pronuncia y resuena a las espaldas calvas :-)
El intimismo de este capítulo me lleva de la mano a ver otras fotos, otra vida, no la de Carmen, si acaso la mía propia, me recuerdo escondido en un rincón barajando las imágenes una y otra vez, buscando historias, como la historia que Patricia nos ha desvelado.
En el mismo tenor está la ilustración, movimiento con el que se engarza el presente y el pasado de una persona a través de tiempos detenidos en el papel fotográfico, instante detenidos diseminados sobre el suelo, abiertos cara arriba a los ojos que indagan.
Felicidades por el resultado tan íntimo, tanto en texto como en imagen :-)
Uffff me he quedado sin palabras!! ¡Emoción, ternura, suspenso, todo unido magistralmente. Mi enhorabuena Patri (y gracias mil por el cambio, no hubiese podido ni en sueños) es un capítulo exquisito.
No veo la imagen no sé porqué :(
Danik Lammá
¡Ahora sí! Una imagen que invita a zambullirse! FANTÁSTICA. ¡¡Felicitaciones a ambas!!!
Danik
Un texto muy bello e intimo mostrandonos los pensamientos de Carmen, sus recuerdos y la relación con su abuela.
Y la ilustración es una maravilla, dibujo y fotos le dan alas al texto.
Felicidades a ambas.
Besitos
Tus textos me ponen siempre la escenografía al alcance de la mano. Son transportadores al mundo que vos quieras.
Saludo grandote, Patricia.
Patricia,
lo había leído esta mañana pero desde el teléfono no me gusta comentar. Me ha gustado especialmente este capítulo por el sosiego, por la reflexividad que pone un poco de orden en las emociones y le da profundidad a los personajes. En algunos los acontecimientos se precipitan tanto que el ritmo de lectura es mucho más rápido, no nos da tiempo de saborear los detalles. Este tuyo llena un poco esa sensación de que nos perdíamos algo y a la vez abre la puerta para que los próximos autores se lancen al ataque. Felicidades.
Y la ilustración, la verdad es que es una de mis favoritas, repleta de detalles antiguos (que personalmente me chiflan ;-). Trata al personaje con un mimo exquisito (le ha regalado unos recuerdos físicos preciosos). ¡Felicidades Esperanza! Debo añadir que estaba deseando ver tu trabajo porque tenemos una amiga en común ;-)
En fin, habéis formado un equipo estupendo, chicas... menudo listón :-)
Besitos
Todos los demás lo han explicado muy bien, yo no veo que lo pueda hacer mejor; pero sí que quiero que quede constancia de que me gusta mucho el texto y el dibujo, juntos y por separado, que me gustan mucho (¿no he dicho yo ha esto antes?)
Da igual, un beso fuerte a las dos y muchas gracias por el buen rato.
Patricia, como me gusta que Carmen haya vuelto a escena!! y estoy deacuerdo con Luisa, es que han dicho ya todo lo que querría decir.
Y la ilustración, es la sensación que la propia Carmen tendría al encontrarse de esa manera, tan rodeada de recuerdos y con el nerviosismo del descubrimiento.
Qué bonita manera de componer mezclando técnicas.
¡Estupendo! Bss
Me gusta que Carmen vaya tomando un mayor protagonismo en la novela; un muy buen texto Patricia (como ya nos tenés acostumbrados).
La ilustración-collage de Esperanza (¿Mikel?) también es excelente. Esa Carmen que aunque se ve de espaldas se la intuye niña, representa muy bien su viaje introspectivo a un pasado que vuelve a sus ojos con nueva luz.
Felicitaciones para ambos.
Me encantan este capítulo lleno de expresiones argentinas, Patricia. Cuántas emociones transmites...
Y la imagen de Carmen volviéndose niña al recordar, mmmm
Besos y abrazos
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