domingo, 1 de enero de 2012

Capítulo 14. Aves de paso

Ilustración de Rubén García

Paula se quedó observando a Sebastián durante unos segundos. Sus andares, arrastrando los pies, evidenciaban cansancio y hastío. El lastre de la culpa ahogó la tentación de escapar y corrió tras él. En ese momento, el cielo se enmoheció y miles de estorninos cubrieron la plaza. La sombra que el enjambre de aves depositaba sobre el empedrado, junto al vuelo errático de las que, despistadas al tránsito, se posaban en los hombros de la estatua del conde, la indujeron a divagar acerca de su propia migración entre tiempos, y en lo que Sebastián significaba para ella: un hito, un asidero a la cordura, un hombro donde descansar su secreto.­
La inusual travesía de los años tampoco había cambiado el escenario del Café del Norte, cuyo suelo ajedrezado le hacía sentirse una simple ficha en el obligado juego de la vida. 
Ya frente a Sebastián, notó cómo toda la sangre le palpitaba en la garganta impidiendo un relato fluido de lo que aconteció la tarde en que Bruno y ella se creían los amos del tiempo. Podrían haber viajado juntos al futuro, o acompasar sus vidas a otro tiempo para saborear su incipiente amor, pero aquellos hombres dispararon haciendo blanco en el corazón de su reloj de arena y el mundo, su mundo, se desparramó.
La mirada de Sebastián se ensombrecía a medida que las vetadas palabras de Paula tropezaban en las callejuelas de la locura. Cuando la tormenta desató el aguacero en los ojos de Sebastián, Paula sacó del bolsillo interior de su pelliza una botella donde descansaban los pocos mililitros de brebaje, y se la entregó junto a la amarillenta cuartilla que Bruno le había confiado aquella fatídica tarde. Sebastián reconoció la grafía de Víctor, esa por la cual había paseado su imaginación tarde tras tarde, tratando de dar salida al innumerable cúmulo de interrogantes que escondía el misterioso cuaderno.
—Iremos a ver a Emilio y le contaremos todo, tal vez él consiga analizar el preparado y obtener una fórmula que reproducir y que nos permita regresar para salvar a Bruno —dijo Sebastián secándose las últimas lágrimas que surcaban su rostro—. Aún tiene acceso a los laboratorios de la universidad.
En la mesa de al lado, un hombre encorvado, que parecía más una arruga del tiempo que un anciano, oía la conversación mientras asentía para sí y decidía no perderlos de vista. Sin duda, su saber podría serles de gran utilidad. Melquíades, se llamaba.


21 comentarios:

Unknown dijo...

Ey, qué pasa, soy la única que está levantada, pendonzuelos?? Feliz año a todos!
Ángeles: Yo conozco de algo a ese hombre!! Seguro, seguro, creo que lo he visto antes, me suena su cara! Me ha encantado la escena de los estorninos. Y cómo vas desenmarañando la trama. Muy buen trabajo.
Rubén: El pájaro, los colores... es preciosa!!
Mis felicitaciones y muchos besos para los dos,

Fortunata dijo...

El texto está lleno de bellas imagenes , de sombras y tormentas, de emociones.... y Melquiades ¿quien será de verdad ese mago?
La ilustración preciosa.
!!!Felicitaciones a los dos!!!
!Feliz año a todos!
Un abrazo

Gabriel Bevilaqua dijo...

Ay, ¿este Melquíades será el gran mago Melquíades del anuncio que apareció en el capítulo 5, no en el texto sino en la ilustración, de la mano de Aurora?...

Me gustó mucho el capítulo, Ángeles. El clima del texto y ese reenganche con varios de los capítulos anteriores. Has dejado abiertas muchas posibilidades a través de Melquíades, quizá la irrupción de la magia aparte de la ciencia...

Rubén la ilustración me parece poderosa, fantástica, sobre todo el detalle del ojo transformado en esfera de reloj, buen punto porque son los pájaros los que llevan a Paula a reflexionar sobre el tiempo.

Felicitaciones para ambos.

MariCari dijo...

Estupendo relato, fabuloso para comenzar lo que será, estoy segura un buen año para las letras!! Bss y feliz 2012!!

Rocío Romero dijo...

Madre mía Ángeles, las imágenes son estupendas: los estorninos errantes, la tormenta en los ojos y el hombre que parecía una arruga del tiempo (!!), chica, no nos has dejado tregua, excelente.
Tu texto, además, ha servido para unificar el contenido entre autores e ilustradores porque -cierto- el detalle de Melquíades nos ha dado vueltas en la mente a todos hasta ahora.
En fin, que me ha encantado, parece que la tensión está ahora en un punto cumbre... a ver qué ocurre el domingo.
Rubén, siempre digo que no sé comentar las ilustraciones pero he leído el comentario de Gabriel y no puedo estar más de acuerdo. El color muestra la tensión que mostraba Ángeles y el detalle de la esfera de reloj en el ojo es excelente. No sé qué decir, es impactante y preciosa.
Muy buen inicio de año, chicos, enhorabuena.
Y besos de estreno ;-)

Elysa dijo...

Ángeles, precioso texto. Unas imagenes muy potentes. Consigues además unificar capítulos y añades consistencia. Muy bueno.
Rubén, potente también tu ilustración tanto en el color como en la elección del ese estornino que mira con ese reloj.

Enhorabuena a los dos. Excelente capítulo.

Besitos

Javier Ximens dijo...

Ángeles. Ya comentaré más despacio, ando fatal de tiempo. Me ha gustado tu avance en la trama, ya tenemos la pócima viajera y una posible resolución. Bien por ese "arruga del tiempo".
El dibujo de Rubén es llamativo, con ese estornino lleno de corazones y el "relojo", muy significativo.

Susana Pérez dijo...

La historia continúa avanzando. Tienes aquí frases maravillosas.

Enhorabuena a los dos, estupenda combinación historia dibujo.

Besitos

Nicolás Jarque dijo...

Ángeles, buen capitulo el que nos regalas. Sin duda muy literario y con ganas de seguir sabiendo más. Grandes imágenes has dibujado.
Un abrazo.

Julio dijo...

El ojo del ave es sustituido por un reloj con números romanos. ¿Es un cuervo el que espera que pase el tiempo para ejecutar finalmente su picoteo inexorable? Una imágen más que fuerte!!
Muy bueno el texto, me deja el deseo de poder yo también invitar a una mujer no ya a cenar a un restaurante exclusivo con reserva de tres meses, no, a tomar un cafecito pero en el Café de la Paix en 1941 y tal vez contactar a la resistencia!!
Felicitaciones a los dos!!!

Patricia K. Olivera dijo...

Impresionante texto Ángeles, y la imágen potente, pisa fuerte y resuena en tus palabras.
Ahora me perdí, ¿Paula estaba enamorada de Bruno entonces?? Siempre hay una segunda oportunidad al parecer como se viene perfilando.
¿Qué tendrá que ver ese personaje arrugado? Muy descriptivo e intenso!!
Excelente trabajo Ángeles y Ruben!!

Por un año lleno de inspiración!!

Rubén dijo...

Feliz año a todos y muchas gracias por los comentarios. Es genial poder participar y ser los primeros del año. Qué misterio nos desvelará Melquiades?

Jonaira Campagnuolo dijo...

Muy buen trabajo Rubén y Ángeles... la historia sigue su buen curso... felicidades.

Kum* dijo...

Sin apenas palabras...

y besos payasos.

Unknown dijo...

Ángeles, como siempre, maravilloso. Imágenes llenas de emociones y tensión... me ha encantado.
Ruben, un trabajo muy bueno, creo que trasmite esa tensión a la perfección y la mirada atenta que observa a los personajes, que nos recuerda un tiempo absurdo.
Enhorabuena a los dos

Ángeles Sánchez dijo...

Gracias a todos por vuestra lectura y vuestros comentarios; yo sigo hipnotizada por el ojo del tiempo que ha dibujado Rubén.

Besos

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Enlazas muy bien con el capítulo anterior, aunque se nota poderosamente la marca de tu personal estilo.

Gala dijo...

Muy buen relato, cargado de imágenes perfectamente detalladas, la imagen muy lograda y original.
Un nuevo personaje que da más vida al asunto.
Mis felicitaciones a ambos.
Feliz año a todos.
Besos.

Javier Ximens dijo...

El primer párrafo me gusta por mostrarnos el interior de Paula: efectivamente, necesita alguien en quien confiar (¿qué paso con su vecina, la mujer del profesor aparentemente malvado?, además, el hermano de su amigo Bruno es un segundo Bruno.
Me gusta la "ficha del juego de la vida "y muchas más ideas... el mundo se desparramo. ¿Disparos sobre el corazón de arena? ¿Bruno?, no sé, creí fue un atropello. Sigamos. No voy a repetir las buenas frases literarias de Ángeles que me gustan. Planean ir a ver a Emilio (creo que este está con los malos, pero ellos no lo saben). Y el ojo que todo lo ve anda tras ellos, Melquíades, el mago del cartel o el papa de Roma. Buen aporte tu micro capítulo.
El dibujo de Rubén impacta, mucho rojo sangre y estornino con ojo temporal, fondo de Valladolid y corazones en las plumas. Me gusta.
Felicidades a los dos, prueba superada.

Ceciely dijo...

Rescato esta frase..."un hombre encorvado que parecía más una arruga del tiempo que un anciano", aunque me gustó toda la composición. Tu estilo, la emoción que provocas y la imagen me atraen muchísimo...ha sido un gusto leerte . Saludos

NiñoCactus dijo...

Viajando en el tiempo como Paula, me cuelo de nuevo para comentar algunos de los capítulos antiguos.
Me encantan las imágenes creadas por Ángeles, esa ilustración amenazante y llena de misterio con el tiempo como centro.
Muy buena.